Olot
La ciudad de Olot se encuentra situada en la intersección de tres pequeños valles cruzados por el rio Fluvià, a 440 metros de altura. Su capitalidad se debe en parte, a su posición central dentro de la comarca de la Garrotxa, la actividad industrial y comercial, la vida cultural y las circunstancias históricas.
Vivir entre volcanes forma parte de la cuotidianeidad de los olotenses, ya que la ciudad está situada dentro del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa. Dentro de Olot se hallan cuatro volcanes de los cuáles destaca el Montsacopa, una talaia en medio de la ciudad. La arquitectura modernista y los paseos arbolados son los elementos de la ciudad que más cautivan por su belleza. Aunque también encontramos otros estilos arquitectónicos en construcciones como el Claustro del Carmen (s. XVIII) o la iglésia de San Esteban (s. XVIII). Además tiene otros rasgos singulares que la hacen única en el marco de los Pirineos catalanes, como la zona del paraje de la Moixina, un lugar plácido y tranquilo que sorprende al que lo visita, sobretodo a los amantes del arte, que lo identifican con los pintores paisajísticos de la Escuela de Arte.
Uno de sus ases turísticos es su cocina, la llamada “cocina volcánica”, siendo una de sus mejores y más conocidas recetas las “Patatas de Olot”.